Juan XII (955 – 964) |
Según los historiadores oficiales de la Iglesia Católica, hasta el momento cinco pontífices gays han
pasado por el Vaticano. El último de ellos murió en 1555
Su
nombre de pila era Octaviano, pero por razones que solo él supo
decidió cambiarlo por Juan, al asumir el papado. Así se dio inició
a la costumbre de asumir un nombre de reinado.
Según
el libro “Los Papas” de Eric John y el Liber Pontificalis, le
gustaban los adolescentes jóvenes lindos y musculosos, a
muchos de los cuales premió por sus proezas en la cama dándoles
obispados selectos y muy provechosos. Llegó a Papa a los 17 años y
falleció a los 26 de un ataque cardiaco mientras compartía su lecho
con un jovencito.
Benedicto IX (1032 – 1044) |
De él han dicho que fue la encarnación cristiana de Nerón. Intentó renunciar a su cargo para “vivir en completa desgracia y pecado con otro hombre” y para solucionar todos los problemas que creó, quiso abdicar a favor de su padrino, que era judío.
Pablo II (1464 – 1471) |
Cuando
le preguntaron que nombre de reinado quería se apodó a sí mismo
“Formosus” (Hermoso), a sabiendas de su belleza física. Se hizo
famoso por sus orgías sadomasoquistas, donde apuestos jóvenes se
dedicaban a atarlo y golpearlo. Se dice que murió estrangulado, en
1471.
Sixto IV (1471 – 1484) |
A
la muerte de Pablo II, el Colegio de Cardenales se reunió tan rápido
como fue posible y designó a Francisco Della Rovere, conocido como
Sixto IV. Nacido en Savona, de familia humilde, llegó a ser cabeza
de la Orden Franciscana, como cardenal. Deseaba ser Papa, y para su
suerte, su amante llamado Pietro Riario supo con dinero “como”
arreglar su elección, y después de lo cual fue recompensado con
cuatro obispados, un par de abadías y un capelo de cardenal.
Desde
allí, y a través de su amante, Pietro supo manejar la Iglesia,
estableció la Santa Inquisición, un complot para asesinar a Lorenzo
de Medicis y transformó a Roma en centro de arte. Durante su papado
se distinguió por nombrar solo jóvenes veinteañeros como
cardenales. Un grupo de ellos le pidió al Papa que legalizara la
sodomía en la estación cálida y cuando Sixto IV estaba a punto de
dar una respuesta favorable, una enfermedad lo llevó a la muerte.
Como anécdota antes de morir se cuenta que habiendo sido consultados
los médicos más famosos de Roma le recomendaron para su alivio
leche de madre, a lo cual Sixto les respondió que el “jugo de
hombres jóvenes” le caería mejor. Falleció en 1474 a los 28
años.
Julio III (1550 – 1555) |
Fue
el más abiertamente gay de todos. Elegido a los 63 años ya se le
habían conocido muchos amantes. El último de ellos, un muchacho de
17 años llamado Inocente y apodado “Prevostino”, lo acompañaba
en el momento de elección. Al estar casi seguro de su elección pasó
su brazo alrededor del muchacho y dijo: “Si me hacen Papa, al día
siguiente haré que Prevostino sea uno más entre ustedes, como
miembro del cardenalato”. No solo cumplió su palabra sino que el
Cardenal Prevostino fue nombrado Secretario de Estado, cargo
reservado a los de más alto rango.
Uno
de los asiduos participantes de las orgías fue el arzobispo de
Benevento, Giovanni Della Casa que le dedicó al Papa su libro
titulado “In Laudem Sodomiae” (Elogio de la Sodomía). Desde
entonces no se ha sabido de ningún otro Papa gay, por lo menos
oficialmente.
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